La única posibilidad de que usted no se hubiese enterado de la existencia de Libra, la criptomoneda que espera lanzar Facebook (FB), es que se encontrase sin conexión a la red en alguna isla del Pacifico.
Mucho se ha hablado de criptomonedas como reservorios de valor, como elementos disruptores de los canales tradicionales de pago, pero un poco menos del reto que ellas representan para los bancos centrales, en la medida en que se meten áreas de exclusiva competencia de estos entes como es la emisión de moneda.
En la semana del 15 de julio, los países miembros del G-7 se reunirán a discutir sobre criptomonedas y cyber seguridad en un encuentro organizado por el ministro francés de finanzas Bruno Le Maire .Los gobiernos de EE.UU. y Francia consideran que es necesario marcar límite de las actividades propias del sector público donde los privados tienen expectativas de participación. Sí FB quiere que su proyecto prospere tendrá que lidiar con tres grandes problemas: la posibilidad que tiene Libra de crear riesgo sistémico, la de ser usada como plataforma para el lavado de activos y el financiamiento al terrorismo.
Lamentablemente, el patrocinio de FB a una criptomoneda corporativa no es una gran carta de presentación, porque aunque nadie duda de las capacidades tecnológicas de esta organización, siempre está en tela de juicio la ligereza con que inicialmente trata los daños colaterales de sus productos.
Para contrarrestar este argumento, FB habla de la creación de la Asociación Libra, que comenzará a funcionar en 2020, y que se define como: “una organización de miembros independiente y sin fines de lucro, con oficinas generales en Ginebra, Suiza. El propósito de la asociación es coordinar y proporcionar un marco de gobernanza para la red y la reserva, y liderar subvenciones para iniciativas de impacto social en favor de la inclusión financiera”.
Aunque FB, es solo uno de un centenar de miembros fundadores, cada uno con derecho a un voto, indudablemente será el líder tecnológico de este experimento, lo que le garantiza una enorme influencia en su desarrollo.
En el proyecto Libra, las monedas emitidas tendrán como soporte una cesta de títulos de renta fija de corto plazo emitidos por bancos y gobiernos nacionales, los cuales tendrán algún grado de vulnerabilidad a fluctuaciones de los tipos de cambio y de las tasas de interés.
La idea de desarrollar un sistema de pagos al detal apoyado en los bajos costos de la criptotecnología tiene mucho mérito, ya que además de los beneficios de la inclusión de cualquier usuario con un teléfono inteligente, se podría lograr un mejor monitoreo de las transacciones por parte de los gobiernos nacionales, aunque la aspiración original de los propulsores de estas monedas era precisamente tratar de transar sin la intromisión de un estado “expropiador y arbitrario”.
El Proyecto Libra interaccionará con los bancos tradicionales de una manera un tanto retadora, ya que por un lado les quitará una masa de depositantes, pero por otro lado será un comprador neto de títulos valores que serán la base de reserva de la moneda. Las instituciones financiera no son ingenuas, y saben bien que cuando lo depósitos están atomizados el poder de negociación de los clientes es menor que cuando tales depósitos son controlados por un ente corporativo sofisticado.
Libra puede afectar el mercado overnight de fondos, si se le permite actuar en él, dándole a las instituciones la opción de cubrir déficits sin la intervención de un banco central, perdiendo el regulador acceso a información que dicho mercado proporciona.
La experiencia del mundo de microcréditos nos recuerda que quien maneja depósitos, muy pronto quiere desarrollar productos de crédito. Y hay un viejo refrán del mundo financiero que dice que si camina como un banco tiene pico como un banco y hace cuack , no es un pato, es un banco y como tal debe ser regulado.
El Proyecto Libra no se desarrollará bajo los términos inicialmente planteados, pero más temprano que tarde habrá un sistema de pago como el propuesto por ellos pero provocando riesgos sistémicos y operativos más tolerables.
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