Resumen
El pasado 6 de abril de 2021, J. Dimon quien es el máximo líder del Grupo Financiero J.P Morgan Chase dirigió su carta anual a los accionistas de la corporación, donde señaló un conjunto de tendencias que cambiarán para siempre el negocio bancario.
La evolución del negocio de los combustibles fósiles, la creciente participación de instituciones no bancarias en los negocios tradicionales de la banca comercial, el teletrabajo y la percepción de los chinos sobre la política estadounidense son elementos clave para entender hacia dónde puede evolucionar el sistema financiero en general.
Hay documentos públicos que tienen la virtud de narrar eventos en que se retratan encrucijadas históricas. Nos atrevemos a apostar que la carta que Jamie Dimon, el Presidente y Director Ejecutivo de J.P. Morgan Chase, envió a los accionistas de la prestigiosa institución que dirige, el pasado 6 de abril de 2021, será uno de ellos.
En 65 páginas, el Sr. Dimon se paseó por una variedad de temas que incluye el calentamiento global, el futuro de la banca y el desafío de mantener la cultura corporativa en un mundo cada vez más virtual.
En los próximos párrafos haremos una selección de los tópicos discutidos en la carta ya mencionada, con la esperanza de que arrojen algo de claridad, en esta época de pandemia, que dará forma a las siguientes décadas, aunque todavía no sabemos cómo.
Sobre el futuro de la banca
Los bancos jugarán un rol cada vez menos importante dentro del sistema financiero. Además de los llamados bancos en la sombra (shadow banking), que son instituciones que compiten directamente con los bancos comerciales pero sin estar sometidas a las mismas regulaciones que estos, el mundo de la intermediación financiera está siendo “invadido” por entes no bancarios que manejan grandes volúmenes de fondos del público que podrían colocar en operaciones crediticias.
Las fintech, y empresas como Amazon, Apple, Facebook, Google o Walmart, están empezando a competir en los nichos tradicionales de los bancos, sin pagar muchos de los costos que la regulación bancaria exige a las instituciones bajo su tutela.
Las asimetrías regulatorias han favorecido el crecimiento de estos competidores no bancarios que podrían eventualmente crear crisis dentro del sistema financiero. Sí no se toman medidas para minimizar estas asimetrías, valdría la pena preguntarse si tiene sentido incurrir en los costos de tener un sector bancario “seguro” que coexiste con instituciones no bancarias en las cuales podría estarse gestando la siguiente crisis financiera.
La solución no es simplemente abandonar los combustibles fósiles:
La banca no debe abandonar a aquellos clientes que son grandes productores o consumidores de combustibles fósiles. Por el contrario, se debe trabajar con ellos para ayudarlos a reducir su impacto ambiental. Es importante evaluar el progreso de los clientes en la sustitución de hidrocarburos por fuentes de energía más amigables con el ambiente.
En opinión de J. Dimon existen todavía grandes oportunidades de negocios en tecnologías que usan moderadamente los hidrocarburos.
Sobre el teletrabajo:
El gran desafío es mantener una cultura corporativa en un mundo de interacción directa reducida. No será tan complicado trabajar con aquellos equipos que se consolidaron en el mundo pre pandemia. Lo difícil es transmitir la esencia de la corporación a los nuevos empleados que no disfrutaran de muchos de los canales informales que sostienen el tejido organizacional.
Un área donde el teletrabajo ya muestra su impacto es en el uso del espacio físico. De mantenerse las tendencias actuales, J.P Morgan Chase, sólo necesitará ofrecer puestos de oficina a 60 de cada 100 empleados. Esto implicará una reducción importante en el alquiler o propiedad de bienes inmuebles.
Los principales proveedores de espacios de oficina en las grandes ciudades estadounidense estiman que pasarán al menos cuatro años para que las tendencias del uso futuro de espacios se consoliden. De momento, en Manhattan, el 17 por ciento del espacio rentable a empresas no tienen inquilinos.
La opinión de los líderes chinos sobre sus pares estadounidenses:
J. Dimon sostiene que los líderes chinos ven a EE.UU. como un imperio en decadencia. Lo que se refleja en una pérdida de competitividad en la producción de nuevas tecnologías, en la reducción de la calidad tanto en la educación como en la infraestructura.
Los problemas políticos, raciales y de desigualdad económica impiden coordinar políticas gubernamentales (fiscales, monetarias, industriales, regulatorias) de manera coherente en el logro de metas nacionales. Eventos recientes en el mundo político confirman en parte la percepción de los chinos.
Sobre los huecos en la ley de impuestos
El país podría estar mucho mejor si se eliminaran deducciones impositivas por la compra de yates, carros de lujo, caballos de paso y campos de golf.
Una carta a los accionistas además de poner en contexto los resultados económicos obtenidos por una corporación en el último año, también debe señalar los grandes peligros y oportunidades que tiene frente a sí el modelo de negocios vigentes.
La importancia de este documento, independientemente cuan de acuerdo o no uno pudiera estar con las opiniones de J. Dimon, radica en identificar los factores que estremecen la convulsa sociedad estadounidense que simultáneamente está enfrentando cambios en el paradigma tecnológico que obliga a las empresas a repensar sus portafolios de productos y servicios; cambios en los acuerdos sociales donde quedan al descubierto cabildeos que sólo han servido para dar más beneficios a los grupos empresariales a expensas del resto de la sociedad; y cambios en el papel de EE.UU. en el orden político internacional.
El liderazgo internacional de EE.UU. a partir de la segunda mitad del siglo XX ha sido visto por buena parte de la sociedad estadounidense como una carga económica costosa con pocos beneficios para los ciudadanos, esa percepción debe ser corregida, o la política exterior de largo plazo vivirá bajo la amenaza constante de los populistas que cada cuatro años salen a conquistar el mundo.
Los accionistas de J.P Morgan deben entender que en el contexto que presenta J. Dimon para las próximas décadas nadie tiene el futuro garantizado. Adaptarse o…
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