Las dos últimas décadas son conocidas en los países desarrollados como las de la Gran Moderación que se caracterizaban por un crecimiento económico discreto pero estable, baja inflación y mucha liquidez barata, y este fue el telón de fondo de la economía mundial que está a punto de bajar.
Cuando suba el nuevo telón es muy probable que la nueva tasa de inflación de largo plazo este muy por encima del 2 por ciento a la que aspira regresar la Reserva Federal, que la liquidez sea sustancialmente más baja y más cara entre otras cosas por el impacto al alza que sufrirán las tasas de interés producto de la reducción del balance general del banco central estadounidense, y ¿el crecimiento económico? esa es la gran pregunta a responder. ¿Sube el telón?
Los mercados financieros son como las obras de teatro que tienen un telón de fondo, y en este caso viene dado por las condiciones macroeconómicas, los juegos geopolíticos y las tendencias dominantes en el mundo de negocios. En la década pasada dicho telón estaba coloreado por la globalización, la abundante liquidez inyectada por los bancos centrales de los países desarrollados como respuesta a la Gran Crisis Financiera del 2007-2009, y por supuesto el boom de las grandes empresas tecnológicas. Ese telón lo están bajando porque la obra de teatro terminó su temporada y el título de la que la sustituye aún no se conoce.
Durante los años de abundante liquidez y bajas tasas, los grandes inversionistas institucionales se vieron en la necesidad de cambiar su perfil de riesgo para tener acceso a niveles de rentabilidad que en los años 80 y 90 del siglo pasado podían obtener en los mercados de renta fija tanto con títulos gubernamentales como corporativos.
Durante cerca de 20 años los fondos de pensiones, los fideicomisos de las universidades y las empresas de gestión de patrimonios familiares incursionaron, al principio tímidamente, y después con más brío, en el mundo del inversiones alternativas particularmente en las empresas de capital privado. Pero ahora, debido al repunte inflacionario, las tasas de interés en los países desarrollados, después de muchos años, comienzan a ofrecer rendimientos que pueden ser atractivos para los inversionistas institucionales, y en particular los fondos de pensiones.
El primer color que se está aplicando en el nuevo telón de fondo es el de las tasas de interés al alza. En el caso de los fondos de pensiones, al subir las tasas su portafolio de bonos de renta fija pierde valor, a menos que se haya comprado alguna póliza de cobertura para “este siniestro”, pero por otro lado las obligaciones con los beneficiarios de dicho plan de retiro disminuyen al ser traídas al presente a una tasa de descuento mayor.
Los fondos de pensiones poco acostumbrados a lidiar con los altos niveles de volatilidad en este contexto de tasas de interés creciente están repensando la manera de gestionar sus portafolios de inversión.
Por un lado, acumulando mayores niveles de efectivo para poder cumplir con sus compromisos cotidianos y así evitar vender títulos financieros en condiciones desfavorables. Por otro, revisando sus estrategias de cobertura para enfrentar las grandes oscilaciones de las tasas de interés, las que se instrumentan con productos derivados, que pueden requerir reposiciones de colaterales cuando los mercados financieros se vuelven turbulentos.
Cuando los inversionistas institucionales requieren mantener mayores niveles de efectivo debido a la incertidumbre en el entorno, dejan de invertir en algún segmento del mercado para construir sus reservas de liquidez. Este es un proceso inverso al vivido en un pasado reciente, donde en un escenario de tasas bajas, compraban activos financieros ilíquidos y rentables.
Los fondos de capital privado, las emisiones de deudas privadas y las inversiones en infraestructura (puerto, autopistas y parques industriales) perderán parte de los flujos de dinero que los inversionistas institucionales desviarán hacia sus reservas de liquidez. Y acá aparece otro color en el nuevo telón de fondo y es el de la mayor competencia para financiar nuevas iniciativas de negocios y la expansión de la infraestructura que las apoya.
El color más importante del nuevo telón de fondos de inversión vendrá dado por los sectores que liderarán el crecimiento económico a nivel mundial, y estos apenas están emergiendo. ¿Cuáles serán los candidatos a conformar este grupo? ¿Podrían ser el de las nuevas tecnologías que desplacen a los hidrocarburos para ayudarnos a frenar el calentamiento global? ¿O tal vez el de la realidad virtual extendida a sus máximas consecuencias? ¿O el las biotecnologías?
Las dos últimas décadas son conocidas en los países desarrollados como las de la Gran Moderación que se caracterizaban por un crecimiento económico discreto pero estable, baja inflación y mucha liquidez barata. Cuando suba el nuevo telón es muy probable que la nueva tasa de inflación de largo plazo este muy por encima del 2 por ciento al que aspira regresar la Reserva Federal, que la liquidez sea sustancialmente menor y más cara entre otras cosas por el impacto al alza que sufrirán las tasas de interés producto de la reducción del balance general del banco central estadounidense, y ¿el crecimiento económico? esa es la gran pregunta a responder. ¿Sube el telón?
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